El Ministerio
de Educación de la Nación Argentina publicó el RELEVAMIENTO ESTADÍSTICO SOBRECLIMA ESCOLAR, VIOLENCIA Y CONFLICTO EN ESCUELAS del 2014. A continuación les
acercamos las conclusiones finales
Síntesis de datos descriptivos
de la población de alumnos
En este último apartado se
recuperan los resultados de la investigación considerados más relevantes, tanto
los que resultan del estudio descriptivo como del análisis a través de la
aplicación de modelos logísticos, se explicitan aquellos interrogantes que merecen
ser profundizados y se sugieren posibles interpretaciones de algunos
resultados.
• El 95% de los alumnos de la
población total tiene amigos en la división.
• El 84% de los alumnos se
siente bien en la escuela.
• El 78,6% de los alumnos
considera que los docentes les enseñan que no hay una sola forma de resolver
los problemas.
• El 75% de los alumnos cree
que las relaciones entre alumnos y profesores son buenas.
• Se destaca el alto porcentaje
de alumnos que reportan que la escuela intenta que haya buena convivencia entre
los alumnos, 83%, y que los adultos (docentes, preceptores, directivos) ayudan
a resolver los problemas en la escuela, 88%. La respuesta a esta pregunta puede
incluir tanto situaciones vinculadas a los problemas de la vida personal de los
alumnos, como a problemas con el régimen académico o en los vínculos con sus
compañeros. A su vez, puede involucrar tanto acompañamiento o escucha como
ayuda en la “resolución” concreta de algún problema.
• El 75% de los alumnos tiene
una percepción positiva de los siguientes aspectos vinculados a las clases: los
docentes ponen entusiasmo en las clases, les enseñan que no hay un sólo modo de
resolver los problemas, los alumnos quieren aprender cosas nuevas, y en las
clases reciben explicaciones claras de los docentes cuando no entienden algo.
• El 70% de los alumnos tiene
una percepción positiva de las condiciones de escucha que hay en su escuela,
que incluye que toman en cuenta las opiniones de los alumnos, escuchan sus
propuestas, pueden decir lo que piensan y se sienten cómodos hablando con los
docentes ante un problema.
• El 70% de los alumnos tiene
una buena percepción de cómo son las relaciones interpersonales en la escuela,
lo que significa que acuerdan con que las relaciones entre profesores y alumnos
son buenas, los alumnos se ayudan unos a otros aunque no sean amigos, los
adultos dedican tiempo suficiente a los alumnos, la escuela intenta que se
establezca una buena convivencia entre los alumnos, entre otros.
• El 60% de los alumnos percibe
algún grado de conformidad con la situación de las normas en su escuela, sea
bajo, medio o alto. Esto incluye si los alumnos las conocen, si creen que son
adecuadas, si participaron en su construcción, si las sanciones están bien
administradas.
• En cuanto a la percepción
general de la violencia, se observa que 7 de cada 10 alumnos perciben que la
violencia no es un problema en su escuela.
• 7 de cada 10 alumnos dice
haber agredido a sus pares alguna vez durante el año 2014, en algunas de todas
las formas de violencia relevadas (burlas, exclusiones, discriminación, etc.).
• El 82% de los alumnos no ha
sufrido acoso de sus pares y un 83% no ha acosado a sus compañeros, a lo largo
de 2014.
• Los alumnos de ciclo básico
de la población relevada, sufren más violencia y dicen maltratar más a sus
pares, que los de ciclo superior.
Estos números confirman la
hipótesis de la escuela como espacio de socialización, donde hay afectos,
reciprocidad y confianza sin por eso dejar de ser conflictivo como todo espacio
social. Se han atravesado en Argentina tiempos de fragmentación y ruptura del
lazo, por lo que es imperioso destacar la función de la escuela como
constructora y reconstructora de los vínculos, ya sea entre pares, como entre
todos los que asisten a la escuela cotidianamente. Asimismo es pertinente
destacar que la escuela secundaria sigue teniendo un lugar central en la
construcción de la amistad. La percepción de los alumnos de los esfuerzos de la
institución por mejorar la convivencia nos habla de la eficacia de la escuela
en sumar esfuerzos en ese sentido y de la relevancia otorgada a esa dimensión,
sea explicitando las acciones que despliega en este sentido como no haciéndolo.
No se puede establecer directamente una relación entre las acciones propuestas
y su eficacia, pero sí inferir que la convivencia escolar es un tema al que las
escuelas dedican tiempo y trabajo.
• En cuanto a la percepción de
las normas, se destaca que 7 de 10 alumnos dicen que las normas son adecuadas.
Contrasta este dato con el
hecho de que son también 7 de 10 los que señalan que las sanciones deberían ser
más graves y 3 de 10, quienes dicen haber participado en la elaboración de las
normas de convivencia.
Desde el Estado, a través de
políticas públicas, deben profundizarse las acciones tendientes a incrementar
la participación de los alumnos en espacios de circulación de la palabra,
discusión y propuestas, como son las instancias de construcción de los acuerdos
escolares de convivencia, tal como lo prescriben las normativas vigentes como
la Ley Nacional de Centros de Estudiantes N° 26.877/13, la Ley Nacional de
Promoción de la Convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las
instituciones educativas N° 26.892/13 y Resoluciones del Consejo Federal de
Educación: N° 93/09, N° 226/14 anexo 1, que establecen el funcionamiento de
estas instancias de participación. En esta línea cabe señalar que la Resolución
Nº 239/14 Anexo 1 del Consejo Federal de Educación, indica la creación de
Consejos de Escuelas en el Nivel Primario y busca la participación comunitaria
en la construcción de Acuerdos Escolares de Convivencia; de este modo, colabora
en el fortalecimiento de la participación en el Nivel Secundario al proponer la
democratización de la convivencia desde el inicio de la escolarización
primaria. Es destacable que aunque persiste el desafío de la profundización de
instancias participativas en las escuelas, esto no ha impedido que los
estudiantes sientan que son tenidos en cuenta, escuchados, consideradas sus
opiniones, tal como los resultados descriptivos lo han indicado.
• En cuanto al índice general
percepción de escucha, uno de los componentes del clima escolar, 6 de cada 10
alumnos sostienen que en su escuela “pueden decir lo piensan”, “se sienten
cómodos hablando con los docentes ante algún problema”, “los escuchan cuando
proponen algo nuevo” y “se toman en cuenta las opiniones de los alumnos para
resolver problemas”. Como se evidencia a través de distintos resultados, la
escucha de los adultos a los alumnos y la demostración de preocupación frente a
lo que a ellos les sucede es altamente valorada. El destacar los alumnos estas
características en sus escuelas no sólo habla de la construcción de una buena
convivencia escolar sino del probable efecto que ello tenga en el cuidado del
alumno a sí mismo y a los demás.
• Puede llamar la atención el
hecho de que sea un 30% de los estudiantes el que dice haber participado en la
construcción de las normas de convivencia de su escuela mientras un 70% es el
que dice que en su escuela se siente escuchado y contempladas sus opiniones.
Tal como se afirmó anteriormente, el ser tenido en cuenta o escuchado no
necesariamente se corresponde con la participación en instancias formales. Se trata
de dos aspectos diferentes de la participación, y así han sido analizados en
este estudio. Tal como señala Núñez (2014), la participación en la escuela se
verifica también en circuitos informales, proyectos o actividades y no
exclusivamente en órganos de participación.
• Los órganos de participación
que más existen en las escuelas son -en orden decreciente-: cuerpo de delegados
(6 de 10 alumnos dice que en su escuela hay uno), consejo de convivencia (4 de
10), centro de estudiantes (3 de 10), consejo de aula (3 de 10), otros órganos
(3 de 10), asamblea (2 de 10).
• Del 33% que reconoce la
existencia de centro de estudiantes en su escuela, el 68% concurre a escuelas
de gestión estatal y el 32% a escuelas de gestión privada.
• En cuanto al índice general
percepción de las clases, se destaca que el 75.4% de los alumnos reporta algún
grado de conformidad, sea bajo, medio o alto. Es el componente de clima escolar
que presenta mejores resultados.
• 8 de cada 10 alumnos
considera que los docentes de su escuela les enseñan que hay diversos modos de
resolver problemas y de ver las cosas. Al respecto cabe aclarar que cuando se
habla de “resolución de problemas” no se distingue entre los que ocurren en el
ámbito escolar y los que no. Se utilizó el término “problemas” sin limitar
dónde o cómo son producidos. Asimismo, la expresión “diversos modos” intentó
relevar cómo son las respuestas que como docentes brindan a los alumnos ante
una dificultad, y en qué medida éstas acompañan y respetan las singularidades a
la hora de relacionarse con los problemas. Cada problema interpela a cada uno
de maneras distintas y por ende la enseñanza de las diversas formas de
resolución pone en acción la capacidad de elección de cada quien, promueve el
desarrollo de la autonomía y la responsabilidad, y es aquí donde la presencia
del adulto se hace visible acompañando las decisiones u opciones que los
alumnos van tomando.
• Dentro de la población
relevada, los alumnos de escuelas de gestión estatal reportan en mayor medida
que los de escuelas de gestión privada (68.2% y 61.9%) que “los profesores
intentan hacer las cosas de modo creativo y atrayente para los alumnos”,
mientras que en lo que respecta al ciclo de estudios, reportan estar de acuerdo
con esto levemente en mayor medida los alumnos de ciclo básico que los de ciclo
superior (66.7% y 63%).
• En cuanto al índice general
de percepción de las relaciones interpersonales, otro de los componentes del
clima escolar, se destaca que el 70% de los alumnos reporta que percibe buenas
relaciones interpersonales en su escuela (nivel de acuerdo bajo, medio o alto).
• En cuanto a la percepción de
la gravedad de la violencia en la propia escuela, al compararse con la
percepción de la violencia en las escuelas de la zona se observa que ésta es 20
puntos superior a la de la propia escuela. Teniendo en cuenta que no se ha
filtrado la población por escuelas, esto daría el indicio de que la percepción
de “las escuelas de la zona” puede estar influida por factores que colaboran a
aumentar la valoración del problema (influencia de los medios de comunicación,
dinámicas institucionales que se activan frente a la emergencia de conflictos,
significación que la comunidad educativa le otorga a los hechos, etc.).
• En cuanto a la violencia
sufrida por los alumnos, ninguna de las formas de violencia relevadas son
reportadas por más del 11% de los alumnos con una frecuencia “habitual” (tres o
más veces por mes durante 2014). Del conjunto de las sufridas “habitualmente”,
se reconocen como más frecuentes “se burlaron de vos por alguna característica
física (10.8%)” y “se dijeron en público cosas feas de vos (8.9%)”.
• 8 de cada 10 afirma nunca
haberse sentido discriminado (por cuestiones raciales, religiosas,
nacionalidad); en la misma proporción se sostiene no haberse sentido
discriminado por algún compañero por su condición social. También 8 de cada 10
dice que nunca fue obligado a hacer algo contra su voluntad. 7 de cada 10
afirma no haber sido burlado a través de la web, teléfonos celulares, mensajes
de correo, redes sociales u otros medios electrónicos.
• En la población relevada
sufren más violencia los alumnos de ciclo básico que los de ciclo superior, más
los varones que las mujeres. En cuanto al tipo de gestión en las categorías
extremas -nada de violencia y alta frecuencia- sufren más violencia los alumnos
de gestión estatal, en las categorías intermedias -violencia de frecuencia baja
y media- lo sufren más los alumnos de escuelas de gestión privada.
• Para medir acoso entre pares
se construyó una variable que toma las violencias realizadas solo en su
frecuencia habitual (tres o más veces por mes). Si un alumno sufre alguna de
todas las formas posibles con esa frecuencia, se considera que sufre acoso. El
82 % de los alumnos afirma no haber sufrido acoso de los pares durante el 2014
por sus pares y el 83% dice no haber acosado a ningún compañero en ese período.
• En cuanto a la violencia por
parte de los docentes, el 94.5% de los alumnos dice no haber recibido nunca
durante el año 2014 una agresión física por parte de un profesor y un 79.1%
dice que nunca un profesor lo humilló o insultó delante de sus compañeros. Este
último porcentaje desciende considerablemente cuando se los indaga sobre si se
les gritó de forma intimidante: un 57.7% dice que nunca le sucedió. A su vez,
esta última forma de violencia es la que concentra más respuestas positivas en
la opción “habitualmente” ya que un 9.4% afirma la frecuencia del hecho (3 o
más veces al mes).
• En el caso de insultos o
humillaciones realizados por parte de los profesores delante de otros alumnos,
responden que les ocurrió “habitualmente” durante el 2014 el 3.7% y en el caso
de “agresiones físicas” es el 1.6% los que reportan haberlo sufrido con esta
frecuencia. Es de destacar que en el conjunto de las opciones de respuesta
“habitualmente”, “casi siempre” y “una vez al año”, la frecuencia del hecho
aumenta cuando se trata de alumnos varones, del ciclo básico y de escuelas de
gestión estatal.
• En cuanto a las amenazas con
armas, el 86.5% sostiene que nunca fue amenazado o atacado con un útil escolar,
el 95% afirma que jamás fue amenazado o atacado con arma blanca mientras que el
96% asegura nunca haber sido amenazado o atacado con arma de fuego. El 66.2 %
de los alumnos indicó que no se encontraba presente ninguna autoridad mientras
ocurría/n ese/os hecho/s.
• En cuanto a la autoría de
violencia hacia los pares, las formas más habituales que reportan haber hecho
los alumnos es tratar mal a un compañero y burlarse de alguna característica
física. La agresión que más reportan no haber hecho es burlarse de otros por
“condición social, consumos o actividades realizadas”.
• El sexo, el ciclo y el tipo
de gestión del establecimiento aparecen influyendo significativamente (con
grado de significación de 5%, que significa que estas relaciones no dependen
del azar) en la autoría de maltrato hacia los pares. Los varones reportan en
mayor medida que las mujeres haber agredido a sus compañeros, los de ciclo
superior en mayor medida que los de ciclo básico y los alumnos de escuela
privada, en mayor medida que los de escuela pública.
• En cuanto a la rotura de
material de la escuela, en todas las categorías de frecuencia -desde haberlo
hecho al menos una vez en el año, hasta haberlo hecho tres o más veces por mes
(habitual)- los varones tienen más reportes de daño a material de la escuela
que las mujeres. En lo que respecta al ciclo, son 2 de 10 los que reportan
haberlo hecho con algún tipo de frecuencia durante el 2014 en ambos ciclos, y
en la categoría “habitual” la relación es de 75% en ciclo básico a 25% en ciclo
superior. Respecto del tipo de gestión, son también aproximadamente 2 de 10 los
que reportan haberlo hecho con algún tipo de frecuencia durante el 2014.
• Con respecto a peleas con
golpes, cabe destacar que un 77% reporta nunca haberse visto envuelto en
peleas. Luego, dentro de los que sí lo vivieron, los espacios donde más ocurrió
se ordenan de esta manera en orden decreciente: el aula, en otro lugar fuera
del trayecto hacia o de la escuela, en otro lugar de la escuela que no es el
aula (baño, pasillos, entrada, patio), y por igual en otros terrenos de la
escuela (campo de deportes, estacionamiento) y en el trayecto hacia o de la
escuela.
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