domingo, 1 de junio de 2014

Bullying: ¿otra máscara del neoliberalismo?

¿Por qué esa forma de manifestación de violencia en la escuela que comúnmente se conoce como  bullying es una manifestación de violencia que responde a las estructuras del neoliberalismo?

Dentro de las diversas manifestaciones de violencia que se vivencian en las aulas día a día, el acoso escolar entre pares es, sin duda, el más mediático, el que más se visibiliza desde los medios de comunicación masivos. De hecho, la palabra que el psicólogo noruego Dan Olweus (1) utilizó para definir esta forma de manifestación del acoso entre pares, bullying, aparece equívocamente por todos lados, incluso  para hablar de asuntos políticos.

Es particularmente extraño que en un país atravesado por  la violencia más cruda que denota la inseguridad y la pobreza, la forma de violencia en la escuela de la que más se habla sea aquella que trabaja en los pliegues, en los horizontes vacíos de percepción hasta que logra el automatismo que la hace síntoma. Es raro que se hable tanto de una manifestación de violencia tan solapada cuando hay manifestaciones concretas de violencia que sí parecen ser refractarias de aquello que sucede en la serie social y de las que ningún medio dice nada, absolutamente nada, salvo raras excepciones.

¿Qué se busca al hablar de bullying? ¿Qué se quiere decir que nadie dice? ¿Cuál es la verdadera denuncia que se muestra pero de la que no se habla?


Quizás estas preguntas no tengan respuestas concretas. Sin embargo, hay que reconocer que hay algo detrás de lo que se dice acerca del bullying que se oculta tras ese decir y eso es, justamente, lo que lo vuelve novedoso y por lo tanto suceso noticioso. Podríamos tentarnos a afirmar que eso que se oculta en el discurso es la representación simbólica de un tipo de violencia que instala el paradigma cibernético consumista que instancia una forma de competencia desleal que tiende siempre a destruir al otro al punto de volverlo dependiente. Por ejemplo, los medios de comunicación no hablan de esta  manifestación de violencia hasta entrado el neoliberalismo en la década de los 90 en América Latina.

Acoso siempre hubo, pero el “bullying” que es siempre ciberbullying es una manifestación propia de violencia neoliberal, de la estructura que propone la educación en tiempos de neoliberalismo, aquella estructura que Lewkowicz llamaba  la escuela galpón (2).

Se lee en los distintos textos sobre bullying que existió siempre. Nosotros no podemos negarlo, pero tal como lo comprendemos es  nuevo, pues esta manifestación de violencia irrumpe los límites de lo público y lo privado. Niega los espacios de seguridad del niño. Le niega el estar en casa porque por allí también se infiltra el otro con su cámara, con su celular, con su facebook. Este límite entre lo público y lo privado diferencia la forma de violencia con respecto a cualquier forma anterior de acoso  entre pares. Antes de los 90, uno era “el gordo” en la escuela, el hooker del equipo en el club y era José, Pepe, para todos en casa. El mundo A y el mundo B no se cruzaban, o a lo sumo se cruzaban poco. Había amparo y reparo. Había normas y valores. Había códigos de grupo y heteronomía de espacios. Un amigo era un amigo. Al grupo no se lo vendía porque si no eras un “buchón” y te las hacían pagar caro. Ahora hay individuos en competencia permanente, no hay espacio privado, todo deviene público. Y el otro está ahí, como objeto útil o como opositor. Así se compite en la play, esa es la estructura de los juegos (3), así se proyecta el dumping en el mercado internacional, así se asciende en el puesto de trabajo. Hay bullying-mobbing (4)- dumping (5). Esas son las formas de violencia que impone el modelo neoliberal sin prescindir de las otras que le preceden del liberalismo clásico.  En consecuencia, está claro que las reglas de juego que impuso el neoliberalismo para las prácticas sociales instalan nuevas formas de manifestación de la violencia, y por ende de la violencia en la escuela. ¿Hasta qué punto el programa de inclusión en las escuelas no es el último gesto desesperado, la última reacción frente al Leviatán neoliberal?

La escuela galpón excluye, genera acciones de violencia del mismo tipo que genera el sistema económico excluyente. Por ejemplo en un colegio de adultos de zona norte del gran Buenos Aires, sobre una lista de inscriptos a un primer año de la escuela que daba cuenta de 35 estudiantes en marzo, en mayo sólo quedan en la práctica efectiva 6 y más o menos el mismo promedio se repite en todos los cursos, es decir, sobre un total aproximado de 150 alumnos inscriptos en primer año, menos de 100 asisten cuando comienzan las clases y no más de 30 terminan ese primera año. Datos parecidos se revelan en las escuelas secundarias básicas en la práctica cotidiana según comentan los compañeros docentes. Pero eso no es todo, porque el neoliberalismo se construye desde las prácticas de la exclusión y la libre competencia que habilita el dumping en el mercado y por extensión en los individuos, es peor aún si uno compara las posibilidades de acceso a la cultura que se presentan a los jóvenes entre aquellos que asisten a colegios con bachilleratos internacionales bilingües, aquellos que asisten a colegios parroquiales y esa gran mayoría que concurre a las escuelas públicas del conurbano bonaerense (preferimos hablar de zona norte porque es nuestro lugar de práctica docente, pero creemos que la misma realidad se vivencia en el resto de la provincia y en gran parte del país). Aclaremos: no estamos criticando la educación del estado, ni la necesidad de que la escuela sea inclusiva, sino lo que el sistema neoliberal hizo con el modelo educativo estatal que nos educó a nosotros y nos dio la posibilidad de acceso a la cultura, seguramente con su limitado modelo enciclopedista y con sus problemas. Pero más allá de los inconvenientes y modelos, la escuela era niveladora e incluyente, con sus normas, con sus amonestaciones, generaba una estructura de valores y de compromisos. Hoy por hoy es excluyente porque amplía la brecha social entre clases. De esa destrucción, de esa violencia que se genera hacia la escuela desde el paradigma neoliberal, no se habla, los monopolios que dominan el discurso hegemónico no vienen a decir nada de eso, de la misma manera que no dicen nada cuando hablan de bullying y de la relación que esa manifestación de violencia guarda con las normas de convivencia que se practican desde las mismas instituciones que rigen la educación, ni de los verdaderos responsables de los actos de acoso automatizados; tan sólo se habla de lo que vende y vende bien:  Un chico (Víctima) fue agredido por otro chico (Victimario) frente a sus compañeros (testigos silenciosos) y mejor publicidad, si aquello que se anoticia atenta contra los colegios del estado para acentuar su desfondamiento, su destrucción.

Prof. Ezequiel Jáuregui – Prof. Ulises Aguilar – Prof. Mario Accorsi

NOTAS

(1) Para conocer más sobre Dan Olweus ver Organización Violence Prevention Works

(2) En una conferencia en el Hospital Posadas el 18 de septiembre de 2002 (incluida en el libro Pedagogía del Aburrido editado por Paidos Educador en el 2011), Ignacio Lewkowicz dice: “Hace algún tiempo, a partir de varias experiencias, construimos una metáfora para nombrar situaciones en que la subjetividad supuesta para habitarlas no está forjada: la metáfora del galpón. Un galpón es un recinto a cuya materialidad no le suponemos dignidad simbólica. La metáfora del galpón nos permite nombrar una aglomeración de materia humana sin una tarea compartida, sin una significación colectiva, sin una subjetividad capaz común. Un galpón es lo que queda de la institución cuando no hay sentido institucional: los ladrillos y un reglamento que está ahí, pero no se sabe si ordena algo en el interior de esa materialidad. En definitiva, materia humana con algunas rutinas y el resto a ser inventado por los agentes. Así como en tiempos del Estado-nación pasábamos de institución en institución, hoy, en ausencia de marco institucional previo, se permanece en el galpón hasta que no se configura activamente una situación. Pero eso ya no depende de las instituciones sino de los agentes”. Destitucion de la Infancia


(4) El profesor de alemán, Heinz Leymann - Doctor en Psicología del Trabajo y profesor de la Universidad de Estocolmo -, fue el primero en definir este término durante un Congreso sobre Higiene y Seguridad en el Trabajo en el año 1990:

"Situación en la que una persona ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo".


(5) Según el Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles: "Existe dumping cuando las ventas se realizan a precios inferiores a los fijados por la misma empresa en el propio mercado, cuando esos precios son distintos a los de los diversos mercados de exportación o cuando son inferiores al precio de fábrica".  E-conomic.

3 comentarios:

  1. Felicitaciones por este espacio. Nos hace reflexionar y permite arribar juntos a nuevas estrategias.
    Saludos.
    Zamira Montaldi

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  2. Zalmira: Muchas gracias por tu comentario! Saludos y nos mantenemos en contacto.

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  3. Gracias es un tema interesante y muy polémico para el mundo entero,por que no importa el nivel económico y social para no estar envuelto en estas situaciones y para mi es muy útil mas información para poder apoyar a mis hijos.

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