En el mes de agosto del año pasado se
dio a conocer en los medios de comunicación la agresión física y verbal que
sufrió un adolescente en una escuela de Wilde, en la provincia de Buenos Aires.
El registro de la agresión al instante se viralizó producto de una grabación
difundida en las redes sociales. A pesar de que ya pasó casi un año del triste
episodio, quisimos revisar cómo fue la cobertura realizada por los diarios Página 12, La Nación y Clarín. Este
ejercicio intenta reflexionar acerca de los alcances y el tratamiento que
reciben en los medios gráficos situaciones de violencia en las escuelas.
A continuación remitimos los links de las noticias analizadas provenientes de los diarios Página 12, La Nación y Clarín.
ANÁLISIS DE LAS NOTICIAS
Desagregado:
1º Descripción.
La fecha muestra una simultaneidad en la
cobertura de los diarios La Nación y Clarín porque publicaron la noticia el
jueves 15 de agosto, mientras que Página 12 lo hizo el 16.
Los tres diarios coinciden la sección donde
se editó: Sociedad. En La Nación y Clarín va acompañado de Violencia escolar.
En los títulos el único diario que utiliza
la palabra bullying es Página 12. En La Nación en el copete se menciona la
palabra bullying y en Clarín sólo en el cuerpo de la noticia, en la tercera
oración.
2º Análisis de los títulos.
La nación presenta el título desde la
conformación de una oración unimembre “Brutal golpiza en el aula a un alumno
discapacitado”. El título presenta a la víctima “alumno discapacitado”,
la agresión recibida “brutal golpiza” y el espacio “en el aula”. L a oración
unimembre pone de forma jerárquica como primer adjetivo “brutal”, atributo
(¿mediático?) que genera un efecto condensador de la crueldad de la golpiza.
Por otro lado, el título no hace ninguna referencia a los agresores, posición
que el diario Clarín sí incluye en su título: “Un chico fue brutalmente
golpeado por sus compañeros en un colegio de Wilde”. En el título de este
diario aparecen las posiciones de la víctima en primer lugar “Un chico” (sin la
referencia a la discapacidad que aparece en La nación: “alumno discapacitado”;
el titular está construido desde la voz pasiva, lo que potencia la condición de
pasividad de la víctima como sujeto que padece la acción. A su vez la frase
verbal “fue golpeado” es interrumpida por el adverbio “brutalmente” que
refuerza el modo, el primitivismo de la violencia ejercida por los agresores
“sus compañeros”. La paradoja se observa en la posición que adoptan los que
agreden quienes son los que, por una cuestión circunstancial o burocrática, son
llamados “sus compañeros”. El diario Página 12 es el único que ya categoriza el
tipo de violencia en el titular al denominar como “Bullying en la escuela”. La
ausencia de adjetivos en los paratextos le permite distanciarse del efecto
sensacionalista que puede activarse en el tratamiento de estos hechos en los
medios de comunicación: “GOLPEAN Y FILMAN LA AGRESIÓN A UN COMPAÑERO”.
Un factor que no es menor en la
construcción de la noticia es que Página 12 publica la información un día
después que los diarios Clarín y La Nación. Por lo tanto, ¿puede llamarse
noticia en el caso de Página 12? Después están las cuestiones de corte
ideológico en términos políticos, que no van a ser examinadas en esta
descripción comentada porque no ocupa el objeto de este análisis, aunque las
mismas pueden extraerse a partir de la lectura completa de las respectivas
coberturas. Una última observación con respecto a la etiqueta “Violencia
escolar” que utilizan los diarios La Nación y Clarín. Parafraseando a Brener en
su artículo “Violencia escolar bajo sospecha”, hablar de violencia escolar
“casifica”, cosifica y reduce los problemas sólo a víctimas y culpables,
alimentando los modos binarios de entender la realidad que por lo menos es más
compleja, que tiene muchísimos matices y en la que están imbrincadas profundas
relaciones de poder.
3º Reflexión.
Después de observar la construcción de los
enunciados en los titulares, nos sigue afectando la ambigüedad que proyecta la
palabra “compañeros” en la posición de los agresores. La etimología de la
palabra viene del latín y representa a aquellos que “comen del mismo pan o los
que comparten el pan”. La etimología nos revela la estrechez del vínculo,
compartir el alimento elemental. En estos tiempos, el vocablo “compañero” es
otra de las palabras que adquiere una forma locutoria, soldada, es otra víctima
de la burocracia. Entonces, una de las grietas está en no haber podido abstraer
la palabra del páramo vincular. La violencia también es una relación de
lenguaje o el lenguaje oficializa la trampa: el no haber logrado como institución
educativa un trabajo que materialice el originario sentido de la palabra
“compañero”, en la que el prójimo es con quien comparto la mesa o un banco, una
silla, el espacio…el tiempo.
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